El lento envenenamiento de la vida – Parte II

Publicado en Revista Ambiente Siglo XXI - ONG Econciencia
Autora Rosalía Paz

Con el desarrollo de la agricultura moderna, basada en el paquete semillas mejoradas genéticamente-agroquímicos-maquinaria agrícola especializada, devinieron una serie de problemas. Entre estos podemos citar el uso masivo e indiscriminado de agrotóxicos. Estos se emplean con la finalidad de controlar las malezas y las plagas de los cultivos, facilitando en manejo de los mismos.

Entre la lista de los agrotóxicos más vendidos, encontramos el Roundup. Este es un herbicida no selectivo de amplio espectro, desarrollado para eliminación de hierbas y de arbustos. El principio activo de este herbicida es el glifosato, que una vez dentro de las células de la planta impide que estas sinteticen aminoácidos aromáticos, esenciales para la vida. Además contiene aditivos como el surfactante polioxietileneamina (POEA), altamente corrosivo que daña la superficie vegetal y facilita la entrada del herbicida en los tejidos.

La utilización de herbicidas en la agricultura presentaba una tendencia hacia sustancias cada vez más selectivas a fin de reducir los daños que éstos producen al conjunto de los organismos vivos benéficos presentes en los cultivos. Sin embargo, el empleo de Rounup tuvo un salto considerable a partir de los años 90 en la agricultura (y en jardinería) debido a su aparente inocuidad para el hombre y para el ambiente. En estos estudios se demostraba con “datos científicos” la baja peligrosidad general del producto, tanto para la salud humana como para la fauna terrestre (organismos del suelo, abejas, etc) y acuícola (peces, anfíbios, etc)1. Esta clasificación oficial se ha basado en estudios toxicológicos y ecotoxicológicos realizados o contratados por Monsanto (empresa productora de este producto), habiéndose comprobado su seguridad para el medio ambiente en su empleo sin problemas desde 19762.

Sin embargo, la realidad es diametralmente opuesta y en la actualidad todos los hechos indican que los estudios realizados sobre este compuesto químico fueron parcializados, lo cual los hace fraudulentos. Una de las principales evidencias la constituyen las innumeras denuncias a lo largo del mundo en los últimos años que alertaban acerca de la toxicidad de este producto tanto para la salud humana como para el ambiente. A raíz de nuevas investigaciones independientes se probó la gravedad del daño por contacto con este producto, y en Estados Unidos el mismo ha sido reclasificado tanto por la EPA como por la Organización Mundial de la Salud como altamente tóxico. Solo el ingrediente activo glifosato actualmente está clasificado en la categoría I, que significa extremadamente tóxico.

El lento envenenamiento de la vida 3

Toxicología según grupos de riesgo

– Primer grupo de riesgo: contacto directo por vía digestiva, respiratoria y dérmica.

Ya se han registrado graves problemas de intoxicación por vía digestiva, dérmica y respiratoria debido a un contacto directo con el producto, que en algunos casos ha llevado a la muerte. En humanos, los síntomas de envenenamiento incluyen irritaciones dérmicas y oculares, náuseas y mareos, edema pulmonar, descenso de la presión sanguínea, reacciones alérgicas, dolor abdominal, pérdida masiva de líquido gastrointestinal, vómito, pérdida de conciencia, destrucción de glóbulos rojos, electrocardiogramas anormales y daño o falla renal. Siendo habitual la exposición laboral a altas dosis de estas sustancias, debería protegerse en forma especial a los aplicadores del producto a los cultivos en lugar de seguir insistiendo las empresas productoras en su argumento respecto de la baja toxicidad del glifosato3.

– Segundo grupo de riesgo: exposición indirecta por deriva y contaminación del agua y alimentos.

La relación entre la exposición a bajas dosis de este producto y la salud humana es muy difícil de encontrar debido a que en muchos casos las personas están siendo inconscientemente expuestas. Además, el efecto es en muchos casos acumulativo. La gravedad de esto radica en que se ha demostrado que el producto se absorbe por el organismo por las tres vías corporales anteriormente mencionadas.

Se han encontrado evidencias que apuntan a este herbicida (tanto el glifosato solo como sus aditivos) como posible causante de trastornos reproductivos (recuento espermático disminuido en ratas; aumento de la frecuencia de anomalías espermáticas en conejos) y según la EPA, exposiciones continuadas a residuos en aguas en concentraciones superiores a 0.7 mg/L pueden causar efectos reproductivos en seres humanos. Por otro lado se ha identificado una acción cancerígena (aumento de la frecuencia de tumores hepáticos en ratas macho y de cáncer tiroideo en hembras), presentando una asociación muy estrecha con distintos tipos de cáncer, tanto en adultos como en niños4. Evidencias de estos estudios ofrecen poblados como el barrio Ituzaingó, en Córdoba, donde los casos de cáncer, leucemia y malformaciones congénitas aumentaron por en cima de la media poblacional desde que el barrio fue cercado con predios plantados con soja sobre los cuales se rocía el veneno desde aviones.

– Impactos sobre el ambiente

Se han demostrado impactos negativos para el medio ambiente debido a que este producto no es biodegradable y permanece en el suelo y en el agua durante largos periodos de tiempo (al menos 2 años) luego de la aplicación. Por otro lado, al contrario de lo que indica el fabricante, este herbicida afecta negativamente la microfauna benéfica del suelo (lombrices, insectos) importantes para la estructura y funcionalidad del suelo.

En el agua, se ha demostrado que produce altas tasas de mortalidad en anfíbios y peces (sapos y ranas), sobretodo en los estadios tempranos del desarrollo (renacuajos). También se han encontrado efectos negativos sobre aves y mamíferos según las especies estudiadas.

En la Argentina, se estima que el consumo anual de este herbicida es de cerca de 160 millones de litros. En las regiones de Pergamino estudios del INTA ya indican contaminación de las napas freáticas superficiales con glifosato por encima de la dosis mínima considerada aceptable (0.7 mg/L)5. También existen evidencias de que el glifosato puede ser absorbido por las plantas y concentrarse en las partes que se usan como alimento (se ha encontrado glifosato en frutillas, moras, frambuesas, lechugas, zanahoria, cebada, maíz y soja).

Este ejemplo es solamente uno de los tantos que existen en la actualidad. Es agravante el empleo masivo de este tipo de tóxicos para la produción de alimentos, que en definitiva terminan ingresando en la dieta humana y en el medio ambiente, produciendo consecuencias nefastas. En el 2006 el Centro de Protección a la Naturaleza (CeProNat de Santa Fé) inició la campaña “Paren de Fumigar” con el objetivo de concienciar acerca del uso indiscriminado de agroquímicos en áreas urbanas.

Todo lo expuesto anteriormente ha sido extraído de estudios realizados por diferentes organismos y grupos de investigación. Es altamente sospechoso de que estos artículos nunca se encuentran en periódicos ni en medios de difusión masiva. Argentina está incluída entre los 3 principales productores de soja del mundo (100% transgénica y dependiente del glifosato), y seguimos con el marbete verde. Somos verdaderamente concientes de lo que verdaderamente estamos haciendo y permitiendo? A quien alimentamos?

 

 Referencias

1 www.monsanto.com.ar/h/archivos/Roundup_ORIGINAL_(MON_8709).pdf

2 COSTA, J.; MANZANO, J., 1988: El herbicida Roundup; 12 años de aceptación sin problemas para el medio ambiente. ITEA. Volumen Extra, 7: 83-88.

3 http://www.rmu.org.uy/revista/2004v3/art6.pdf

4 http://portal.rds.org.hn/listas/agricola/msg00822.html

5 http://www.inta.gov.ar/ediciones/idia/cereales/cereales03.pdf

 

el conflicto de la agricultura 4

PDF: Revista Ambiente Siglo XXI. N° 10. Febrero 2008.pdf

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